Penúltimo día: Fuego a la vista
Después de la rutina diaria nos pusimos a desayunar y nos
metimos de lleno en el día de los festejos tiñendo serrín para elaborar una
alfombra del Corpus que esta tarde veréis. Creemos que nos han quedado mejor
que las que se hacen por San Vicente jajaja.
Una vez teñido el serrín le echamos un par de huevos al
asunto en la siguiente actividad, en la que algunos nos pringamos y otros no
nos pringamos porque nos toco un huevo cocido.
Cuando todos pensábamos que los monitores nos iban a dejar
de pringar, nos sorprendieron con los globos sorpresa, en el que algunos nos
rebozamos con harina, leche, agua, vinagre… No veáis papis lo bien que olíamos
después.
Mientras que a nosotros nos dieron un rato libre para jugar
en el comedor, los monitores iban preparando el diseño de la alfombra que unos
minutos más tarde nosotros nos encargaríamos de rellenar y colorear para
hacernos la foto para la posteridad.
Al hacer tanto calor convertimos la plaza del campamento en
un campo de batalla en la que los monitores nos desafiaron a través de una
guerra de agua con pistolas y jeringuillas. Lógicamente ellos salieron
derrotados y a partir de entonces nosotros mandamos aquí. Ahora son los
monitores los que obedecen nuestras órdenes.
Y llego la noche más esperada por todos, y no precisamente
porque fuera la última sino porque nos metimos de lleno en una feria mundial en
la que los monitores fueron los mejores feriantes que jamás hemos conocido.
PD: Entre rato y rato comimos alguna cosa que otra.
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